Hoy día ya no hay motivo alguno para tener paredes en blanco, sin nada que la vista. Son tantas las alternativas que existen invirtiendo poco o nada, para lograr dejar una pared bien bonita y de modo que protagonice un ambiente, que no hacerlo no tiene sentido.
Los clásicos cuadros siempre son una opción y no tiene porque ser muy cara. Los hay bonitos y a buen precio si sabemos buscar algún artista nuevo, o incluso una reproducción interesante de algo que de verdad nos gusta mucho. El punto es saber combinar los cuadros entre si y con el resto del ambiente. No se trata de comprar un cuadro que quede bien con el sofá, se trata de hacer un conjunto armónico. Tal vez ese cuadro que nos encanta no queda bien en cualquier sitio, hay que buscarle el ideal.
Pero podemos dejar solo los marcos
Una conjunto de marcos vacíos, dejando ver la pared detrás de ellos puede quedar muy bien, si los hemos decorado a su vez en forma adecuada. Una buena pátina, un decapado, o la técnica que más nos guste, nos puede inspirar a crear conjuntos de diferentes tamaño y forma, pero con esa técnica en común. En los mercadillos se consiguen verdaderas maravillas.
Otras opciones
Los platos de porcelana no solo se usan para el comedor o la cocina. Los he visto en baños, pero siempre de acuerdo al resto de la decoración, obviamente.
Las fotografías, ya sean artísticas o familiares, dicen mucho más que una simple cuestión estética. De nuevo, la base es crear un conjunto, ya sea temático, de color (blanco y negro, ocre) o tamaño.
Las ilustraciones se usan cada día más y hay que prestarles mucha atención. Los estilos varían tanto que seguro hay uno que coincide con lo que queremos expresar.